lunes, 6 de junio de 2011

Una pared nunca es una pared.

Una pared es una tabla, recta, cuadrada, rectangular. Una pared puede ser de durloc, madera, plástico, ladrillos, cartón, mármol. Una pared marca niveles sociales, todos y cada uno. Cada pared tiene distintos usos, como un edificio, a una cucha de perros. Una pared tiene diferentes  mecanismos de trabajo para su colocación. Una pared hace desde galpones hasta castillos, desde jardines de infantes a grandes facultades. Todas cuestan más o menos esfuerzo hacerlas pero nunca son iguales. Las paredes también marcan historias. Una simple pared amarro a familias judías en guetos, similares a ratoneras o si prefieren, “cuchas”.  Una pared tapo a miles de vidas y las silencio en la época de los 70 dentro de los centros clandestinos.  Pero las paredes tienen lados buenos y malos. Una pared fue la que protegió a una familia en un frio y áspero invierno. Otra pared la que formo un cuarto donde han curado a miles de personas, los hospitales. Una pared quizá, la que al ir viajando en el tren se ve pintada con obras callejeras, o frases políticas que muestran nuestra democracia. La pared de mi casa, pintada con un grafiti incomprensible. La pared del muro de Berlín, esa si que es larga. Las que famosos arquitectos pensaron para hacer el Coliseo de Roma. O las paredes que encierran a personas que cometen delitos. Quizá también las que dividen los cuerpos olvidados que han pasado a la otra vida. O las que dentro de si uno mismo vive. Paredes simples pero no iguales, están allí sin que se las aprecie pero  marcan el tiempo, la historia, la economía, la cultura, las realidades y el progreso.

1 comentario:

  1. Muy bueno. Recordé The Wall: http://www.youtube.com/watch?v=E6qZFZf7GSo

    All alone, or in twos,
    the ones who really love you
    walk up and down outside the wall.
    Some hand in hand
    and some gathered togetheer in bands.

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